¿Debate periodístico?
Dice el secretario general del Partido Aprista Peruano en Más sobre la prensa :
Es la misma estrategia de García en la CIDH: las evidencias no valen pues se recogieron en forma ilegal. Es un argumento totalmente válido por lo demás. El recojo de pruebas tiene que seguir ciertos procedimientos legales, que garanticen que no han sido adulteradas. A cualquier persona las fuerzas del orden le pueden poner, por ejemplo, droga en su carro y luego acusarla de algún delito. Así se protege a la ciudadanía de los posibles abusos del poder estatal. Por eso algunos delincuentes como Al Capone fueron encarcelados por impuestos. Si fuera fácil probar un delito, no habría habido necesidad de tales giros. Por eso García ha venido saliendo airoso de las diversas acusaciones: no le han podido probar nada. Y desde luego, el pueblo peruano no ha sancionado su mal primer gobierno, ensombrecido por la corrupción, con negarle el voto.
Definitivamente, los involucrados en el caso tienen el derecho a la defensa y a eliminar las evidencias que no sirven como pruebas legales. Lo alucinante en todo esto es que se quiera hacer pasar el argumento como si fuera un "debate periodístico".
En realidad, el "debate periodístico" se da días después de la revelación de los audios, incluso días después de la caída de Del Castillo, como parte de una estrategia gubernamental de desprestigiar la denuncia. Simplemente se trata de sembrar la duda en una denuncia que apunta claramente al mismo Alan García.
Posiblemente a la jerarquía alanista no le haya quedado otra opción, dada la desesperación de los interceptados que se apresuraron a hacer declaraciones y a reconocer que se trataba de sus voces. Bien hubieran podido quedarse tranquilos, no decir nada, y esperar a que les prueben algo. Incluso hubieran podido decir "yo sé quién ha sido, pero no lo voy a decir, no lo voy a decir" y no pasaba nada. Los audios de fuente anónima habrían quedado como un teatro, una manipulación. El aparataje mediático pro-gubernamental se habría encargado de desprestigiar la denuncia, como tardíamente está haciendo, sembrando dudas por aquí, afirmando que se trata de evidencias falsas por allá. Y más entuavía: Rómulo León y Alberto Quimper hubieran podido acusar a Fernando Respigliosi de difamación y al canal 4 de difamación. Tal vez habrían ganado, pues el periodista-ex-ministro-sociólogo muy posiblemente no habría podido demostrar su acusación.
Posiblemente el malestar hacia Rómulo León y Alberto Quimper dentro del Apra no fue por su supuesta corrupción, sino por su deslealtad de saltar por su cuenta a los medios. Fueron infraternos e individualistas. Con ello estos dos señores acabaron por salpicar a sus compañeros de partido y crearon una crisis de gabinete. En las denuncias de corrupción hay que ser hermanos, mantenerse firmes y ser solidarios con los compañeros. ¿Acaso no hemos visto cómo Agustín Mantilla se inmoló por el partido y fue solo a la cárcel sin involucrar a nadie? Y en su generosidad y decencia el ex-secretario general del APRA y ex-ministro del interior incluso tuvo a bien preocuparse por los militantes de base (aquí y sobre todo aquí). Eso es dignidad, no lo de Quimper y León.
Posiblemente fue por eso que García les llamó "ratas" (con lo cual León y Quimper serían los desleales y no Alan García como dijo Bayly, aquí). La intervención de García, lógicamente, es utilizada por el abogado de Rómulo León para justificar la huída de su cliente: León, dice, sentía que la intervención presidencial perjudicaba el ejercicio de su derecho a la defensa en un juicio justo. Tiene sentido. Le dieron la excusa.
Igual todos ellos están en el mismo barco. Pasadas las dos rabietas iniciales, de León y Quimper y de García, les toca apoyarse mutuamente. Acaso en algunos años, Rómulo o Luciana León figuren en alguna lista de candidatos del Partido Aprista. Y hasta posiblemente la gente les vote...No faltará algún impresentable contra el cual sean el mal menor...
Lo que sí es lamentable es que el gremio periodístico haya sido utilizado como campo de batalla de esa manera, con periodistas impugnando las pruebas, sugiriendo lo que los dirigentes alanistas no quieren afirmar abierta y llanamente.
el debate periodístico sobre publicar o no lo obtenido ilegalmente deberá proseguir y enriquecerse. Porque si al inicio el justificativo de la publicación de audios era que se trataba de develar hechos delictivos, cosa que muchos respaldamos, hoy que ya se están soltando morbosamente, y con reconstrucciones en video incluidas, comunicaciones privadas, el justificativo desaparece. Y ante ese hecho, resurge la pregunta del periodista francés Begui Bernard en su célebre obra Journaliste: Qui t'a fair roi (Periodista: ¿Quién te hizo rey?).Comentario: ¿Por qué el secretario general del partigo gobernante alienta este "debate"? No es creíble que quiera de repente impulsar el ejercicio del pensamiento crítico en el país y en el gremio periodístico en general.
¿Quién decide entonces? No es una respuesta que la sociedad moderna tenga, ya que no puede esgrimirse, como hasta ahora se hace, que un derecho humano esencial prevalezca sobre otro y menos que quien decida cuál derecho es el que prevalece sea un particular y no una autoridad legalmente constituida dentro de un Estado de Derecho.
Mauricio Mulder
Es la misma estrategia de García en la CIDH: las evidencias no valen pues se recogieron en forma ilegal. Es un argumento totalmente válido por lo demás. El recojo de pruebas tiene que seguir ciertos procedimientos legales, que garanticen que no han sido adulteradas. A cualquier persona las fuerzas del orden le pueden poner, por ejemplo, droga en su carro y luego acusarla de algún delito. Así se protege a la ciudadanía de los posibles abusos del poder estatal. Por eso algunos delincuentes como Al Capone fueron encarcelados por impuestos. Si fuera fácil probar un delito, no habría habido necesidad de tales giros. Por eso García ha venido saliendo airoso de las diversas acusaciones: no le han podido probar nada. Y desde luego, el pueblo peruano no ha sancionado su mal primer gobierno, ensombrecido por la corrupción, con negarle el voto.
Definitivamente, los involucrados en el caso tienen el derecho a la defensa y a eliminar las evidencias que no sirven como pruebas legales. Lo alucinante en todo esto es que se quiera hacer pasar el argumento como si fuera un "debate periodístico".
En realidad, el "debate periodístico" se da días después de la revelación de los audios, incluso días después de la caída de Del Castillo, como parte de una estrategia gubernamental de desprestigiar la denuncia. Simplemente se trata de sembrar la duda en una denuncia que apunta claramente al mismo Alan García.
Posiblemente a la jerarquía alanista no le haya quedado otra opción, dada la desesperación de los interceptados que se apresuraron a hacer declaraciones y a reconocer que se trataba de sus voces. Bien hubieran podido quedarse tranquilos, no decir nada, y esperar a que les prueben algo. Incluso hubieran podido decir "yo sé quién ha sido, pero no lo voy a decir, no lo voy a decir" y no pasaba nada. Los audios de fuente anónima habrían quedado como un teatro, una manipulación. El aparataje mediático pro-gubernamental se habría encargado de desprestigiar la denuncia, como tardíamente está haciendo, sembrando dudas por aquí, afirmando que se trata de evidencias falsas por allá. Y más entuavía: Rómulo León y Alberto Quimper hubieran podido acusar a Fernando Respigliosi de difamación y al canal 4 de difamación. Tal vez habrían ganado, pues el periodista-ex-ministro-sociólogo muy posiblemente no habría podido demostrar su acusación.
Posiblemente el malestar hacia Rómulo León y Alberto Quimper dentro del Apra no fue por su supuesta corrupción, sino por su deslealtad de saltar por su cuenta a los medios. Fueron infraternos e individualistas. Con ello estos dos señores acabaron por salpicar a sus compañeros de partido y crearon una crisis de gabinete. En las denuncias de corrupción hay que ser hermanos, mantenerse firmes y ser solidarios con los compañeros. ¿Acaso no hemos visto cómo Agustín Mantilla se inmoló por el partido y fue solo a la cárcel sin involucrar a nadie? Y en su generosidad y decencia el ex-secretario general del APRA y ex-ministro del interior incluso tuvo a bien preocuparse por los militantes de base (aquí y sobre todo aquí). Eso es dignidad, no lo de Quimper y León.
Posiblemente fue por eso que García les llamó "ratas" (con lo cual León y Quimper serían los desleales y no Alan García como dijo Bayly, aquí). La intervención de García, lógicamente, es utilizada por el abogado de Rómulo León para justificar la huída de su cliente: León, dice, sentía que la intervención presidencial perjudicaba el ejercicio de su derecho a la defensa en un juicio justo. Tiene sentido. Le dieron la excusa.
Igual todos ellos están en el mismo barco. Pasadas las dos rabietas iniciales, de León y Quimper y de García, les toca apoyarse mutuamente. Acaso en algunos años, Rómulo o Luciana León figuren en alguna lista de candidatos del Partido Aprista. Y hasta posiblemente la gente les vote...No faltará algún impresentable contra el cual sean el mal menor...
Lo que sí es lamentable es que el gremio periodístico haya sido utilizado como campo de batalla de esa manera, con periodistas impugnando las pruebas, sugiriendo lo que los dirigentes alanistas no quieren afirmar abierta y llanamente.
Etiquetas: Política
1 comentarios:
"¿Qui t'a fair roi?" Uno de dos se equivocó al maltratar así el francés: el redactor o el propio Mulder. Como tengo bastante solidaridad por los trabajadores del periodismo (incluso de periódicos fachas como Correo) solo resalto lo obvio: Oye Mulder, mucho galicismo para tapar tu sordera cultural, tanto Pestalozzi y tanta Ginebra para terminar chapurreando la lengua de Racine y, encima, hacerlo a la criolla para los lectores peruchos. El aprista, aunque se vista de seda (francesa)...
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio