¿Vuelve la prensa acosadora?

Recién veo la versión completa del debate (no fue una entrevista) de Rosa María Palacios a Aurelio Pastor y Lourdes Alcorta en ¡Que se vayan todos!. Mientras otros/as leen un intento defensivo de parte de estos dos congresistas, yo creo que dijeron cosas muy sensatas. Se agarran de la frase de Alcorta "no me da la gana", pero lo dijo en un contexto muy claro:

"ha sido tal el acoso (...) hoy día a mí no me da la gana de hacerlo, por principio. Yo no puedo estar acosada por la prensa, por la política, por la presión de tener que abrir mi cartera y mostrar todo lo que tengo".

Estos dos congresistas estuvieron bien. Pusieron los puntos sobre las íes. No defendieron ninguna mala práctica ni acto de corrupción como se viene tergiversando. Reconocieron que hay casos que hay que castigar, pero pidieron que no se generalice a todos. Sensato.

Esta última campaña por la fiscalización de los congresistas comienza hace un mes en Frecuencia Latina por un reportaje en "Reporte Semanal" sobre el congresista Anaya y luego sigue en América Televisión en "Prensa Libre" con un reportaje sobre la congresista Sucari. Este mes viene cargado de denuncias: también contra Mario Huamán en Caretas por un asesinato y contra Ollanta Humala por su casa. ¿Coincidencia?

Pareciera que hemos vuelto a los tiempos de Alejandro Toledo en que cierta prensa lo marcaba al milímetro por nimiedades y temas personales. Esa misma prensa hoy no hace lo mismo con Alan García, pero desde hace algún tiempo lo está haciendo con el congreso. Desde El Comercio y Perú 21 los "fujidemócratas" ponen en primer plano el tema de los "gastos operativos": el chifita, el pollito, etc. En este esquema un "congresista ejemplar" resulta ser el fujiaprista Valle Riestra, un ausentista. Él no es un "cualquiera", él es un señor, él muestra todo, él no va al "chuchitril" del congreso, eso es para "los infelices que nunca han tenido nada", no lamentaría que cierren el congreso:



Sin embargo, si algo ha hecho el congreso en este último mes de campaña anti-chifita-de-congresista es algo inesperado: derogar la "ley de la selva", en la que se mueven poderosos intereses empresariales. Así fue la votación:



Este desprestigiado congreso, de otorongos y facturas truchas y alianzas fujiapristas más, destrabó un gran conflicto nacional, el más importante en muchos años, que llevó a una gran protesta en la amazonía nacional. Sin embargo, ahora la atención no está allí, sino en el pollito, el chifita, la comida para el guardaespaldas y el chofer, etc. Hemos vuelto a la lógica de la prensa acosadora y distraccionista que marcaba a presión a Alejandro Toledo. Volvemos a los tiempos en que el debate no es de propuestas, sino de ataques a la ética de las personas. Verdaderas campañas de demolición. En cambio, nadie se mete con Alan García, ni con las empresas que cometen abusos laborales, contaminan y tantas cosas que ocurren en el país.

Tocaría que en el país se tengan claras la prioridades y se sepa identificar los problemas de fondo de nuestra población. ¿Qué es más importante? ¿Los chifitas de algunos congresistas o la contaminación minera, los abusos laborales, el canon regional, la salud y la educación en el Perú rural, la defensa nacional, etc.?


1992: impopular congresista Felipe Osterling protesta contra el cierre del congreso.

Fujimori y Montesinos se aprovecharon del desprestigio del congreso.

Así fue fácil dar un golpe.

¿Hemos aprendido la lección o tenemos que repetir de año?




Movilización en Juliaca a favor de congresista Sucari. Detrás de cada congresista está la gente que los/as eligió y a quienes se deben.

Algunos ciudadanos que dicen que le pagan el sueldo protestan por sus malas prácticas, otros ciudadanos le agradecen por el agua potable.

No a las malas prácticas de los congresistas; sí a la fiscalización ciudadana.

Pero cuidado con generalizar y socavar la frágil democracia peruana, que un buen día de estos "volvemos a la normalidad" como diría Martín Adán después del golpe de Odría de 1948.