Combitos
- La historia se repite con otros personajes
Hace dos décadas Alan García también recurrió a la estrategia de incorporar a bordo a un izquierdista en tiempos de crisis. En esa ocasión fue César Vásquez Bazán, radicalizado dirigente aprista, quien fue, se cuenta, hábilmente convencido de aceptar el cargo de ministro de economía por el "zorro" Luis Alberto Sánchez. Fue la mejor manera de arruinarlo y de paso arruinar al país. Claramente, García no tenía ninguna intención de cambiar de política económica ni de dejarse de corruptelas. El ex ministro continuó aplicando una política económica que evidentemente ya no funcionaba. A favor del ex ministro se puede manifestar que no estuvo en el pringue, al menos las evidencias no apuntan a acusarlo de nada.
- Yehude Simon
Desde hace ya buen tiempo que este señor estaba en coqueteos con el Apra, defendiendo a través de muchos detalles a un gobierno desprestigiado y de baja aprobación. Cuando García está en capilla y el consenso a su favor se desvanece, este opositor domesticado acepta lavarle la cara al gobierno. ¿Tiene sentido desempolvar a esta suerte de Béla Lugosi nacional?
- De la megacorrupción al megatransfuguismo
Tiene sentido pero sólo si dejamos de tomarnos al personaje a valor de tapa. No estamos ante un hombre que actúe según principios, sino ante una persona inescrupolosa que podría juntarse con cualquiera con tal de ocupar un cargo. Lo hizo antes y lo está haciendo ahora. Es un megatransfuguismo el suyo, que va bien con el camaleonismo de García. Sin embargo, en este caso tiene las de perder, como le pasó al desadvertido y obediente Vásquez Bazán.
- Muchos más
Simon no es el primero ni será el último de esta última ola de ex-radicalizados reinsertados en puestos de gobierno. Los hubo durante Fujimori, Paniagua y Toledo y los habrá durante García y los gobiernos que vengan. Es tal vez el caso más visible y aparatoso dada la coyuntura de gran desaprobación del actual gobierno.
- Volvamos a Orwell
Se equivocan quienes creen que el Simon de hoy es el mismo de los ochentas y que la exclusión de los ex-radicalizados es el triunfo del sistema de gobierno. Toca leer a Orwell. En "1984" el aplastamiento de la resistencia a la dictadura se consuma cuando el rebelde protagonista acaba por sinceramente amar al "gran hermano". El verdadero triunfo ocurre cuando los antiguos enemigos se convierten en serviles cortesanos.
- Oposición democrática
El país necesita la alternancia en democracia, no este ridículo transfuguismo progubernamental. Hay un amplio espacio para constituir una oposición democrática y con propuesta. La mayoría del país no se va a subir al carro de García. Incluir a Simon me recuerda mucho a la maniobra de Morales Bermúdez a fines de los setentas, cuando viajó a Cuba a tomarse fotos con Fidel Castro, como para calmar a las izquierdas en alza y en huelgas, intentando hacerles creer que mantenía una orientación de izquierdas. De poco le sirvió...
- Audios-Petrotech-Palacios
Beto Ortiz especula sobre el chuponeo y la conexión periodística, aquí y aquí, pero Varillas desmiente tal cadena, aquí.
Actualización: Según el exministro Vásquez Bazán, el verdadero poder detrás de Yehude Simon es Remigio Morales Bermúdez.
Hace dos décadas Alan García también recurrió a la estrategia de incorporar a bordo a un izquierdista en tiempos de crisis. En esa ocasión fue César Vásquez Bazán, radicalizado dirigente aprista, quien fue, se cuenta, hábilmente convencido de aceptar el cargo de ministro de economía por el "zorro" Luis Alberto Sánchez. Fue la mejor manera de arruinarlo y de paso arruinar al país. Claramente, García no tenía ninguna intención de cambiar de política económica ni de dejarse de corruptelas. El ex ministro continuó aplicando una política económica que evidentemente ya no funcionaba. A favor del ex ministro se puede manifestar que no estuvo en el pringue, al menos las evidencias no apuntan a acusarlo de nada.
- Yehude Simon
Desde hace ya buen tiempo que este señor estaba en coqueteos con el Apra, defendiendo a través de muchos detalles a un gobierno desprestigiado y de baja aprobación. Cuando García está en capilla y el consenso a su favor se desvanece, este opositor domesticado acepta lavarle la cara al gobierno. ¿Tiene sentido desempolvar a esta suerte de Béla Lugosi nacional?
- De la megacorrupción al megatransfuguismo
Tiene sentido pero sólo si dejamos de tomarnos al personaje a valor de tapa. No estamos ante un hombre que actúe según principios, sino ante una persona inescrupolosa que podría juntarse con cualquiera con tal de ocupar un cargo. Lo hizo antes y lo está haciendo ahora. Es un megatransfuguismo el suyo, que va bien con el camaleonismo de García. Sin embargo, en este caso tiene las de perder, como le pasó al desadvertido y obediente Vásquez Bazán.
- Muchos más
Simon no es el primero ni será el último de esta última ola de ex-radicalizados reinsertados en puestos de gobierno. Los hubo durante Fujimori, Paniagua y Toledo y los habrá durante García y los gobiernos que vengan. Es tal vez el caso más visible y aparatoso dada la coyuntura de gran desaprobación del actual gobierno.
- Volvamos a Orwell
Se equivocan quienes creen que el Simon de hoy es el mismo de los ochentas y que la exclusión de los ex-radicalizados es el triunfo del sistema de gobierno. Toca leer a Orwell. En "1984" el aplastamiento de la resistencia a la dictadura se consuma cuando el rebelde protagonista acaba por sinceramente amar al "gran hermano". El verdadero triunfo ocurre cuando los antiguos enemigos se convierten en serviles cortesanos.
- Oposición democrática
El país necesita la alternancia en democracia, no este ridículo transfuguismo progubernamental. Hay un amplio espacio para constituir una oposición democrática y con propuesta. La mayoría del país no se va a subir al carro de García. Incluir a Simon me recuerda mucho a la maniobra de Morales Bermúdez a fines de los setentas, cuando viajó a Cuba a tomarse fotos con Fidel Castro, como para calmar a las izquierdas en alza y en huelgas, intentando hacerles creer que mantenía una orientación de izquierdas. De poco le sirvió...
- Audios-Petrotech-Palacios
Beto Ortiz especula sobre el chuponeo y la conexión periodística, aquí y aquí, pero Varillas desmiente tal cadena, aquí.
Actualización: Según el exministro Vásquez Bazán, el verdadero poder detrás de Yehude Simon es Remigio Morales Bermúdez.
Etiquetas: Combitos
4 comentarios:
Bueno, y aparte de insultar ¿qué propones?
Y pensar que tanto se luchó para que Yehude saliera de la cárcel... estoy convencido de que sus futuras tropelías lo conducirán de nuevo a ella.
Uuuyyy, Silvio, Silvio, tal como me lo pintas parece que Yehude Simon es a la política lo que su cuasi homónimo Gene Simmons es al rock.
Iulius,
1. no insulto,
2. oposición democrática.
Ricardo,
Pues será interesante ver ese proceso.
Bruno,
Pues ya ves que otros/as también lo pintan así y peor...
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